viernes, 2 de octubre de 2009

Bienvenido, Germán

Betuel Bonilla Rojas
Recuerdo a Germán Darío Perdomo por las calles de Neiva, pidiendo monedas de mesa en mesa, siendo despreciado por muchos de quienes habían sido sus amigos. Decían que en otra época su voz retumbaba en las emisoras locales, que había alcanzado a ser un hombre feliz en la radio. De pronto cayó en desgracia y, como ocurre en estos casos, muchos le dieron la espalda. Luego se perdió por un buen tiempo y corrieron pésimas noticias sobre su suerte. Por fortuna, eran sólo eso, noticias extraviadas de personas que no conocían su nuevo rumbo. Mientras esto ocurría, Germán, motivado por su familia, se recuperaba en una clínica y salía con fortaleza de su adicción a las drogas. Ahora tampoco lo he visto, pero las buenas fuentes dicen que anda con garbo por la calle, que las drogas son cosa del pasado y que su voz ha vuelto a retomar la potencia que la caracterizaba. Dicen que tiene trabajo y que promete ayudar a los que, como él, alguna vez se quedaron solos. Bienvenido, Germán.

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