martes, 30 de junio de 2009

Turismo incipiente

Betuel Bonilla Rojas
Un buen respiro se da la economía neivana mediante las fiestas del San Pedro. Mucho dinero de afuera entra tranquilamente bajo la figura de un turismo que todavía tiene mucho de prehistórico, de improvisado, de mero azar. Todavía escasean la buena atención, la cordialidad, la explotación a gran escala de lo que podemos vender como atractivo, la claridad de que si ellos traen el dinero nuestra obligación es tratarlos bien. Pero eso es sólo un paso. El turismo no puede ser cosa de un solo día, no de simples propagandas ridículas en canales locales que nadie ve, salvo quienes hacen los comerciales. El turismo de verdad nunca descansa, arma paquetes completos, con descuentos y paraísos artificiales a donde todos queremos ir. Qué tal un combo por esos sitios que el resto del país no tiene. ¿Si el turismo de Cartagena y Santa Marta nunca descansa por qué el nuestro sí? Ya es hora de pensar en otras actividades que atraigan turistas el resto de año, que traigan dinero que harto que se necesita. Señores secretarios de cultura, menos burocracia y a trabajar.

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