jueves, 10 de julio de 2008

Manipilación y censura

Betuel Bonilla Rojas
En alguna ocasión el intelectual peruano Manuel González Prada se refirió al pacto infame de hablar a media voz. Y esto, vuelto sospechosa realidad ideológica, es lo que hacen nuestros periódicos locales. Primero nos dicen que nuestras columnas de opinión exceden el formato, el número de palabras, y las cortan. Luego son más agresivos y suprimen párrafos enteros, ésos que no les convienen a los intereses económicos de gamonales y políticos, sus amigos. Luego terminan por decirle al columnista, con muy buena educación, que hubo reestructuración y que sus columnas ya no van más. Les da miedo sostenerle que prefieren que hable de pajaritos de colores, o de gusanos de seda. Por eufemismo o por hipérbole nos ocultan o enfatizan información nuestros medios. Y eso es manipulación, es silenciar la crítica, es aplicarle censura a un espacio de por sí politizado. Eso hizo La Nación cuando se cuestionó el pasado poco grato de Géchem, o la ineficiencia de una funcionaria del gabinete municipal. Me silenciaron, prefirieron seguir diciéndoles mentiras a sus lectores.

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